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“Porque sin maíz no hay país”

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jueves, julio 24, 2014

Por Kay Nicté Cisneros García

Fotos: Uriel Reyes

Sombreros, huaraches, botas y vestimentas humildes inundaron ayer avenida Paseo de la Reforma.

 

Miles de personas de distintos estados de la República como Guerrero, Chiapas, Jalisco, Michoacán, Puebla, Morelos, Sinaloa de alrededor de 45 organizaciones campesinas salieron a la calle para defender el instrumento más preciado que tienen: su Tierra.

 

Con el paso de los minutos, de las horas, el sol y el cansancio era tal que sobre las banquetas o el asfalto, los manifestantes se sentaban a descansar mientras los líderes hablaban al micrófono.

 

Pancartas con protestas, exigencias o simplemente una cartulina con el nombre de la organización o estado al que pertenecían se levantaban a nuestro alrededor: UCID, Red Ustin, CNPA MN y Partido Comunista de México eran sólo algunos de los participantes.

 

La mega protesta se debió a las afectaciones que causará la reforma energética al campo mexicano, pues según las organizaciones campesinas, los precios de los alimentos aumentarán, la superficie para producir será menor y los apoyos económicos insuficientes.

 

A diferencia de los citadinos que se caracterizan por ir gritando, bailando o lanzando consignas durante sus marchas, los campesinos iban tranquilos y en silencio. Solamente los líderes gritaban y exponían su inconformidad, los demás, hablaban con su presencia.

 

Aun así, a lo lejos se escuchaban los acordes de un trombón. Era una banda sinaloense que cuidaba la retaguardia de los tractores de El Barzón.

 

Y a unos pasos, frente a la Bolsa Mexicana de Valores, los granaderos solo miraban el paso de los manifestantes, expectantes por algún disturbio.

 

A unas cuadras de la Secretaría de Gobernación, en la esquina de Reforma y Morelos estaba el contingente de Atenco aportando una muestra de arte popular. El público coreaba las canciones de protesta como “Porque sin maíz no hay país”, escuchaba atento la poesía del “Llanero Solitito” y el discurso de Ignacio del Valle.

 

“Porque estamos orgullosos de sembrar la tierra… porque estamos orgullosos de ser campesinos. Por eso, no nos van a quitar nuestras tierras” dijo con mucha fuerza al micrófono Nacho del Valle, diligente del movimiento.

 

El tradicional grito de: “¡Zapata Vive!”; “La lucha sigue”, no se hizo esperar. Los manifestantes lo hacían suyo mientras caminaban sobre Bucarelli y ya frente a la Secretaría de Gobernación se sintió un poco más de vida y energía.

 

 

 

 

La gente se resguardaba del sol mientras escuchaba a los diligentes que hablaban, con los diferentes acentos característicos de sus estados, sobre la ocupación temporal de tierras, los transgénicos en la comida y los daños que traería para el campo la Reforma Energética.

 

Aunque todos tenían el mismo fin común, había quienes se proponían a la mesa de negociación con la SEGOB pero finalmente se abrió el espacio y el lunes 28 de julio iniciarán las reuniones con autoridades federales.

 

Casi 40 mil campesinos se dieron cita en la Ciudad de México con lo que se demostró que son muchos los que están listos para defender sus tierras de las reformas que afectan al desarrollo social.

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