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México se une a la ofensiva del fracking

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En el debate en particular de la privatizadora Ley de Hidrocarburos – de reciente aprobación-, la mayoría legislativa del Senado mexicano rechazó excluir a la fractura hidráulica- fracking- como método de extracción, técnica impulsada por las transnacionales petroleras. Mientras crece la resistencia a nivel global contra el fracking, en Estados Unidos ya comenzaron a registrarse sus consecuencias: escasez de agua, incremento de la actividad sísmica, contaminación de acuíferos, muerte de la vegetación y animales de la región, así como el aumento de enfermedades en la población.

La denegada reserva contra el fracking había sido presentada por los senadores del Partido del Trabajo (PT) y del Partido de la Revolución Democrática (PRD) junto a un pliego de más diez mil firmas recolectadas por la Alianza Mexicana Contra el Fracking.

“Se usa benceno, cianuro y otras sustancias, entre las que se encuentran cancerígenos, que combinados con metales de la lutita configuran un coctel riesgoso, una verdadera amenaza a la vida”, indicó en el recinto el perredista Fernando Mayans Canabal.

No obstante, al igual que la aprobación de la reforma energética, el aval a la fractura hidráulica provino de la alianza del oficialista Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido de Acción Nacional (PAN), que esta vez también contó con el apoyo del Partido Verde Ecologista.

De acuerdo a los datos oficiales, el gobierno federal de México pretende abrir alrededor de 20 mil pozos en los próximos 2 años, para lo cual con el fracking se utilizaría agua necesaria para uso doméstico y personal de entre 5 y 15.9 millones de personas.

La explotación a través de la fractura hidráulica consiste en perforar formaciones rocosas compactas a 2500 metros, donde se hallan el gas y el petróleo de difícil o nulo acceso. Se produce una explosión y se inyecta agua a alta presión, acompañada por un conjunto de químicos (“fracking fluid”) para generar una fractura en la roca y lograr la fluidez de los hidrocarburos a extraer. Por cada excavación se necesitan entre 4 y 28 millones de litros de agua (se puede hidrofracturar un pozo hasta 18 veces).

Fracking OhioEl fracking en la estrategia imperial

El fracking comenzó a emplearse en EEUU a partir del agotamiento de los hidrocarburos de yacimientos convencionales –de fácil extracción- . La técnica desarrolla una ocupación del territorio mucho más intensa y extensa, que conlleva a la utilización de grandes cantidades de agua y químicos de alta toxicidad.

Actualmente más de 450 mil pozos se encuentran en uso y las excavaciones abarcan 34 estados. En esas regiones se registró aumento de la actividad sísmica y son frecuentes el agotamiento y contaminación de las reservas acuíferas (al menos seis estados ya padecen la contaminación de sus reservas de agua subterránea), muerte de vegetación y animales, daños en la salud humana como alteraciones en la piel, afecciones en la piel, aumento del índice de cáncer, entre otras enfermedades.

Además del impacto ambiental, el fracking pone de manifiesto la exacerbación del modelo extractivista-saqueador-depredador, que encabeza Estados Unidos. El investigador mexicano John Saxe Fernández advirtió meses atrás, que la privatización de Pemex era motorizada por Exxon-Móbil y Chevron-Texaco – entre otras-, las cuales encabezan la ofensiva del fracking.

En el año 2010, el Departamento de Estado norteamericano lanzó la Iniciativa Global de Gas de Esquisto, con el objetivo de “ayudar a los países interesados a identificar y desarrollar en forma segura y económica sus recursos no convencionales de gas natural”. Como parte de un programa apoyado por el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo, los países seleccionados en primera instancia fueron Argentina, Chile, Colombia, Perú y Uruguay.

En Francia y Bulgaria el fracking fue prohibido, a la vez que su desarrollo fue limitado en Alemania, Irlanda, Nueva Zelanda y Dinamarca, entre otros.

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