subscribe: Posts | Comments

Calderón y Chepina, ganones de la gira

0 comments

* López Obrador, Peña Nieto y Quadri se perdieron en la masa * No capitalizaron la visita * Al Peje hasta lo increparon * Vázquez Mota sí saludó a Ratzinger * Los presidenciables “no se dieron la paz”

Eduardo Macías

León, Guanajuato. Los ríos de gente venida de “quien sabe dónde” veían como muy natural la formidable presencia militar y policiaca. Allí transitaban en masa entre uniformes y gorras, entre colores y sombreros, rumbo al cerro del Cubilete; los cientos de miles de católicos estaban imbuidos de fe y esperanza mientras eran guiados por las policías Federal, estatal, municipal y privada. Nadie chistó. En estos tiempos de miedo, una bendición papal bien vale el sacrificio.

Al parecer, la seguridad, la militarización extrema de la zona era una necesidad básica para poder recibir el mensaje de paz, el aliento esperanzador de la primera visita del pontífice alemán Benedicto XVI. “No mi hermano, se le quiere porque es el Papa, pero ni qué comparación con Juan Pablo II, él sí era nuestro”, dice un robusto hombre guanajuatense de 65 años, radicado en Jalisco e hijo de cristeros. “No diga mi nombre”, pide y como un secreto confiesa: Me regalaron los boletos, vine con mi esposa y andamos buscando nuestra isla (zona asignada) para estar cerca del Papa. “A este Papa lo respetamos pero a Juan Pablo lo amamos”, dice convencido.

Y al rato los callaron. Toda esa masa quedó muda. Cuestión de estilos, en la misa monumental al pie de Cristo Rey, el alemán Ratzinger pidió silencio pues le molesta la algarabía, las porras, esa mexicana alegría del simplismo amoroso tan espontáneo en nuestra gente. Hubo rostros contrariados pero aceptaron la orden al igual que los presidenciables que, cuestión de cálculo político fallido, también fueron callados. Se pusieron contra la organización política más antigua y eficaz… y pagaron los costos.

Peña, Obrador y Quiadri al montón

Luego de las grandes expectativas que despertaron, luego de las muchas margaritas deshojadas para decidirse a venir a postrarse ante el Papa, Andrés Manuel López Obrador, Enrique Peña Nieto y Gabriel Quadri, quienes quizá calcularon que tendrían los reflectores en un acto tan masivo-mediático-católico-popular y que ello representaría ganancia electoral, se quedaron con las ganas. Se fueron con los bolsillos vacíos y ni la televisión los peló. Fueron tres más del montón, de ¿300 cientos mil, 800 cientos mil asistentes…? (pues no se ponen de acuerdo en la cifra) pero muchos, muchos que hasta se dieron el lujo de increpar al Peje y molestar a Peña.

Por supuesto, en el Parque Guanajuato Bicentenario, la candidata del PAN sonreía, estaba en casa, con los suyos, ya traía la mano bendita pues, a diferencia de sus contrincantes, ella sí saludó al Papa la víspera, durante la entrega de las llaves de la ciudad de León y a invitación de su amigo el alcalde leonés. Es decir, Chepina se los comió, entró por la puerta de atrás de la política y salió por la de enfrente ya bendecida, triunfadora y con una aureola a prueba de estadios vacíos. Sus contendientes se aguantaron como los buenos, ya tendrán los tiempos del reviere.

Y el vencedor es… Calderón

El otro gran triunfador fue sin duda el presidente Calderón, ganó porque Ratzinger le dio la comunión junto con su familia, acto religioso con cargo al erario y transmitido a millones de mexicanos por las principales televisoras que se cuidaron de no mostrar en la misa magna a los presidenciables. Chepina ni quería, allí, trato igual para todos, lo demás… lo demás es lo de menos.

El mensaje de la clerecía fue terrible para el presidente. El Estado fallido casi en primer plano. La violencia, la pérdida de valores, el egoísmo, la individualidad atroz y la búsqueda de la riqueza fácil. No importa, ya habrá tiempo de repartir las culpas, pero hoy por hoy es escenario ideal, un lugar muy cerca de Cristo Rey y su vicario. Lo demás, lo demás es lo de menos…

Y ya terminada la liturgia comenzó la otra odisea para los bienaventurados turistas de la fe, esos que durmieron una u dos noches a la intemperie para poder ver de carca al sucesor de Pedro, ese hombre de 85 años de edad que por fin se dignó venir a México, una de sus principales bastiones, pero precisamente previo a las campañas electorales y donde la derecha histórica está en riesgo de entregar la estafeta del poder. Quizá por eso era necesario el esfuerzo ¿qué tanto es una gira de tres días? Y poderle decir a los mexicanos que Dios bendice más a quienes aman a su pastor… ¡electoral!

Por eso vinieron los presidenciables, querían su tajada del pastel virtual electoral del amor en los tiempos de la redes sociales. Tres no consiguieron su objetivo pero, dirán sus asesores, habría que correr el riesgo, al menos podrán decir que fueron un día a misa y ¡con el Papa! Y eso los podrá santificar de su ateísmo confeso ante sus posibles votantes que profesen la fe católica.

Los ríos de gente que regresaba del Cubilete era una procesión cristera vestida de blanco y amarillo, iban insuflados, vitaminados del espíritu, reconfortados y hasta algunos todavía tenían ánimos de echar porras, ya nadie los callaría, quizá por eso, porque habían recobrado algo de su libertad ¿Quiénes son los presidenciables? Preguntó un preadolescente a su madre ante una larga fila de aspirantes al WC ¡Eso no te importa! Aquí venimos a misa, lo demás es cosa del diablo…

Y quizá tenía razón, pues los presidenciables de PRI, PAN, PRD Y Panal ni siquiera pudieron “darse la paz” en la misa, el 25 de marzo, mientras Fox pudo saludar al Peje. No pues sí, eso sí, ¡es cosa del diablo!

Leave a Reply