Reeditado, el “haiga sido como haiga sido”

Patricia Barba Ávila / Seti
Tan seguros están el PRI y los poderes fácticos –Televisa entre otros– de la sofisticación del fraude que se ha venido perpetrando antes, durante y después del proceso electoral, que les da margen para declarar con santurrona pompa de prócer entrenado en Hollywood, que “no nos oponemos al recuento total”, como lo ha hecho Pedro Joaquín Coldwell.
Si analizamos a fondo tanto la postura del presidente del PRI como de Felipe Calderón, en el marco de la lluvia de noticias y ominosos hallazgos que van saliendo a la luz en la prensa nacional e internacional, podríamos derivar algunos escenarios posibles y reflexiones:
A) Borrón y cuenta nueva: aceptar el recuento total de casillas sabiendo que se va a reconfirmar el triunfo de Peña… ¿qué factores podrían apoyar la completa certeza por parte del PRI en este punto?
1) Que el IFE y el TEPJF decidan que el cúmulo de evidencias que muestran una compra masiva de millones de votos, no son suficientes causas de anulación de la elección… para eso los “expertos” a modo como el señor Jorge Alcocer han sentenciado que no importa qué tan graves sean los delitos electorales, la ley no los considera como causales de anulación de la elección.
2) Que los expertos y politólogos ad hoc –léase: de conciencia acomodable– sigan elaborando sesudos análisis y encendidas condenas a las prácticas del PRI y Televisa, al tiempo que confirman con estudiado pesar, la inevitabilidad de la confirmación de Peña Nieto como presidente.
3) Que sigan llegando felicitaciones de gobiernos extranjeros que estarían sumándose a toda esta sinfonía de voces que han estado validando al delfín de Televisa y Carlos Salinas como el “democráticamente electo” presidente de México.
B) Reconstrucción de un maltrecho PAN –interesado en que su socio, el PRI regrese a Los Pinos– a partir de lo dicho por Calderón, Vázquez Mota y Gil Zuarth, en cuanto a su “exigencia” de que se limpie la elección, estando seguros de que, haiga sido como haiga sido, Peña ocupará la Presidencia. No pueden arriesgarse a perder a militantes y simpatizantes que se sentirían lógicamente traicionados por su ovejuna aceptación de Peña.
Lógicamente que las protestas masivas de varios sectores sociales, entre los que destaca el movimiento #YoSoy132, tendrían forzosamente que generar reacciones del PRIAN, entre ellas las declaraciones de Josefina Vázquez Mota que por una parte, confirman el destino manifiesto, la inevitabilidad de la imposición de Peña como presidente y, por la otra, exige una nueva legislación para evitar el fraude a toro pasado.

Pero Vázquez Mota no es la única en adoptar esta táctica de a “inevitabilidad”; a ella se unen politólogos y expertos entrevistados por un universo de medios, desde los que conforman la mediocracia a sueldo y aquellos cuyo periodismo es rescatable.

En este caso, no hace mucho mencioné a comentaristas tan prestigiosos como la señora Dresser, una de las integrantes de la Mesa Política con Aristegui en MVS, cuya postura si bien es crítica hacia el PRI, también redunda en la inevitabilidad de Peña como Presidente Electo. A diferencia de Joaquín Coldwell, Calderón y Vázquez Mota, en el caso de politólogos “progresistas” como Dresser, sus comentarios son tanto más dañinos cuanto que incluyen una severa condena al PRI y sus prácticas y esto la deja limpia de toda culpa.

Este tipo de postura vendría a reforzar el apabullante desaliento que prevalece en votantes que están listos para aceptar estoicamente el destino manifiesto marcado por la suerte de deidad en la que se ha convertido la mediocracia televisiva y radiofónica.

Victimizados por largas décadas de amaestramiento religioso y político, los sectores sociales más marginados y por ende, alejados de información veraz acompañada de análisis profundos, muestran la misma resignación que exhibieron los cristianos lanzados a los leones en el Coliseo romano… al fin y al cabo en la otra vida van a disfrutar de lo que en esta se les privó. Y esto es justamente lo que están explotando: “no importa cómo llegó Peña a la Presidencia… nuestra conciencia está tranquila porque lo hemos condenado”.

En la promesa de que “estaremos vigilando al nuevo gobierno”, los corifeos del haiga sido como haiga sido, pretenden por un lado, limpiarse de la suciedad que los cubre y, por el otro, confirmar su complicidad en la imposición que, por supuesto, correspondería al cumplimiento del plan concebido hace más de 29 años y echado a andar a partir del regreso de Salinas de Gortari –la Mano que Peina el Copete a México–, después de graduarse en administración pública por la Universidad de Harvard.

Ya habíamos vaticinado que ante la inmensa presión a la que se están viendo sometidos tanto en México como en el extranjero, todos los integrados en el inmenso aparato detrás de Peña, iban a adaptarse camaleónicamente y con destreza sorprendente tratar de conjurar el peligro de la anulación de la elección sin perder credibilidad ante sus votantes duros y fans. El pavor que los enloquece ante la posibilidad de perder privilegios y prebendas, de abandonar la vida palaciega que han disfrutado en un país de 60 millones de pobres, los ha impulsado a idear nuevas estrategias de adaptación, de sobrevivencia, de continuidad.

La pregunta obligada aquí es: ¿Nos dejaremos engañar nuevamente por la zanahoria que nos ofrecen? Permitiremos que la serie de delitos innegables –pese a los repetidos deslindes del PRI– que precedieron al 1° de julio, queden enterrados bajo las pomposas promesas de modificar la ley y vigilar la gestión del nuevo gobierno?

¿Podrá más el gigantesco y sofisticado aparato conformado por el PRI, el PAN, los mega consorcios nacionales e internacionales y sus corifeos en la mediocracia televisiva y radiofónica, que la creciente oposición de amplios sectores de la sociedad mexicana apoyada por voces de organizaciones y ciudadanos mexicanos radicados en el exterior? ¿Serán capaces de consumar el fraude como destino manifiesto, a base de la simulación y el engaño?

Quiero creer que los ingentes esfuerzos desplegados por #YoSoy132, y Morena para impedir el fraude y el haiga sido como haiga sido reinventado, superarán al mega aparato detrás de la imposición de Peña Nieto.