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30 de mayo: En defensa de la palabra

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Juego de Ojos
Miguel Ángel Sánchez de Armas

Hace 32 años, el cacique de Guerrero Rubén Figueroa profirió amenazas contra Manuel Buendía al salir de una audiencia con el presidente José López Portillo. En respuesta, una impresionante movilización ciudadana y profesional se congregó alrededor del periodista en un desayuno en el antiguo hotel Del Prado el 17 de julio de 1979. Con serena emoción don Manuel dijo:

“Allá, en los pueblos del interior, es donde el periodismo requiere auténtica valentía personal, porque las banquetas son demasiado estrechas para que no se topen de frente -por ejemplo- el periodista y el comandante de policía de quien aquél hizo crítica en la edición de esa misma mañana. Aquí la incomodidad más seria que sufrimos es la de no encontrar mesa en nuestro restaurante favorito de la Zona Rosa.

“Allá, en los Estados, donde los estrechísimos círculos del poder local acogotan la economía de los editores combativos y pretenden lastrar el desempeño de los escritores comprometidos, el ejercicio del periodismo reclama una entereza excepcional. Aquí, donde las dicotomías del sistema se dan tan próximas a nosotros, de algún modo podemos arreglárnoslas para que los rayos no caigan precisamente sobre nuestro propio paraguas. Allá, donde las pequeñas comunidades de colegas pueden ser sometidas con la relativa facilidad por el puño del cacique regional, el grito de un reportero que ha recibido una paliza apenas se escucha afuera de sus propios dientes…si es que le quedan.

“Aquí, en la monstruosa caja de resonancia de la metrópoli, se da -como fruto de la pertinaz acción de las individualidades o de los clubes, del Sindicato y de otras agrupaciones como la de los Periodistas Democráticos- se da, repito, el hecho espléndido de una comunidad periodística cada vez más amplia, más integrada, más solidaria. Y dentro de este ámbito, ya no hay reportero, comentarista, fotógrafo o camarógrafo que se sienta solo, si en legítimo ejercicio de su profesión sufre agresiones físicas o morales, amenazas y cualquier otra suerte de manifiesta o larvada represión.”

Locución en defensa de la palabra.
* * *
Cada año, en estas fechas, publico la misma columna. Sólo actualizo el tiempo transcurrido y añado alguna reflexión. Es la machacona esperanza de que algún día sabremos la verdad sobre el asesinato de Manuel Buendía Tellezgirón: quién tomó la decisión, quién organizó el operativo, quiénes consiguieron el arma, planearon la emboscada y jalaron el gatillo; quiénes protegieron –o eliminaron- a los pistoleros.

¿Los que han purgado condenas por el homicidio son realmente los responsables? Un juez así lo consideró y al parecer habría otros motivos para mantenerlos en prisión. El supuesto autor material niega su participación y el sentido común dice que el o los autores intelectuales escaparon a la justicia y que la muerte del periodista fue parte de un complot que por supuesto nadie está en condiciones de probar.

Si no ley, una constante de la historia es que los asesinatos políticos nunca se esclarecen del todo. Y los de los periodistas jamás, ni en el primer ni en el tercer mundo. Acá nos preguntamos quién mató a Buendía. En Estados Unidos se preguntan quién mató a George Polk.
Es notable, pero nada asombrosa, la estupidez de quienes creen que mediante la eliminación de periodistas pueden protegerse a sí mismos o poner remedio al enojo, al desasosiego o a la inquietud social. Una y otra vez el resultado es, para ellos, contraproducente. Porque la memoria y la palabra no pueden ser asesinadas: Manuel Buendía se transformó en un símbolo cuando aún no exhalaba el último aliento, lo mismo que Polk.

Ese símbolo es el del columnismo que sirve a la sociedad y no a quien se cree dueño del espacio en los diarios. Un día don Manuel escribió: “No entiendo un periodismo sin ideales. Ni el reporterismo, ni la entrevista, ni el reportaje, ni el artículo, ni la crónica, ni el editorial, ni mucho menos géneros de tan comprometido ejercicio como la columna, pueden llevarse a cabo sin un ideal ¿cuál es ese ideal? Servir a nuestro país con los recursos del periodismo”.

Por fortuna en la historia encontramos ejemplos de esta forma de pensar. Walter Lippmann fue considerado el columnista más influyente entre los lectores norteamericanos durante más de 30 años. Hombre complejo, tenaz y brillante, tuvo, como Buendía, la conciencia de que su oficio estaba investido de la grave responsabilidad que da el foro público. Durante la dramática campaña presidencial estadounidense de 1940, al ser cuestionado sobre su posición política, tomó la oportunidad para una definición: “Los columnistas que se echan a cuestas la tarea de interpretar los hechos sociales no deben verse a sí mismos como personajes públicos frente a un electorado frente al cual son responsables”. Y en su columna Today and Tomorrow del New York Herald Tribune escribió:

“Me parece que cuando el columnista se ve a sí mismo como una personalidad pública, más allá del valor intrínseco y la integridad de lo que se publica bajo su firma, deja de razonar con la claridad y la objetividad que sus lectores tienen el derecho de esperar de él. Cual un político, adquiere una imagen pública que él mismo llega a admirar. Entonces comienza a preocuparse por preservarla y mejorarla. Y entonces su vida personal, su autoestima, sus lealtades, sus intereses y ambiciones se vuelven indistinguibles de su juicio sobre los hechos sociales.
“En treinta años de periodismo creo haber aprendido a conocer los despeñaderos de la profesión. Y dejando de lado las formas más toscas de la corrupción –como el beneficiarse de información confidencial, exaccionar favores a quienes tienen el poder para darlos y hacerse esclavo de la moda- la más insidiosa de todas las tentaciones es creerse a sí mismo un actor público en el escenario de la sociedad más que un atento escritor de artículos periodísticos sobre algunas de las cosas que suceden en el mundo.

“Mi postura es que escribo sobre asuntos sobre los cuales creo tener algo que decir, pero como persona no soy nadie de particular importancia. No soy un consejero áulico o un asesor general de la humanidad, y ni siquiera de aquellos que ocasional o frecuentemente leen lo que escribo. Éste es el código que sigo. Lo aprendí de Frank Cobb, quien durante el largo año de su agonía una y otra vez me aleccionó sobre el hecho de que más periodistas habían sido arruinados por la egolatría que por el licor. Y él había tenido la oportunidad de estudiar los efectos de ambas clases de intoxicación.

“El escritor individual no es un personaje público; o por lo menos no debería serlo. Tampoco es una institución ni el repositorio de la ‘influencia’ ni del ‘liderazgo’. Es un reportero y un comentarista que pone ante sus lectores sus hallazgos sobre los temas que ha estudiado y así deja las cosas. No puede abarcar el universo, y si comienza a imaginar que ha sido llamado a tal misión universal, pronto dirá menos y menos sobre más y más cosas hasta que finalmente comience a decir nada sobre todo”.

* * *
Después de esta luminosa cita de Lippmann, reproduzco mi columna de cada año:
Hace 27 años murió asesinado Manuel Buendía Tellezgirón.

Aquel 30 de mayo de 1984 fue miércoles. Por la tarde, el autor de “Red Privada” -la columna cuyo nombre se ha hecho sinónimo de lo mejor de nuestro periodismo- abandonó la oficina que rentaba en un viejo edificio de Insurgentes, a la altura de la Zona Rosa en la ciudad de México, y se dirigió al estacionamiento público en donde guardaba su auto. Ahí, en la puerta, fue emboscado. Un sicario lo ultimó de cinco tiros por la espalda.

El día pardeaba. Vehículos y peatones congestionaban la principal avenida de la capital. El crimen, frente a testigos, fue en realidad una ejecución, una advertencia. Las fotografías del cadáver de Buendía sobre la acera dieron la vuelta al país y al mundo: en aquel México, tal era el fin que aguardaba a los practicantes de un periodismo crítico, analítico y, sobre todo, independiente.

Veintisiete años han transcurrido y mucha agua ha pasado bajo nuestros puentes. Hoy reconfirmamos que la muerte de Buendía fue ejemplar, pero no en el sentido en que quisieron sus asesinos. Un instante después de la primera oleada de dolor y miedo, en el periodismo mexicano se refrendó el compromiso con la libertad. Y conforme pasan los años, nuevas generaciones de periodistas encuentran en Manuel Buendía un ejemplo de ética, valentía y rigor profesional y personal. Don Manuel sigue entre nosotros por la sencilla razón de que la esencia del periodismo en el que él creía sigue siendo la misma.

Recuerdo a Buendía de muchas formas. Su cálida amistad y el sentido de humor con que engalanaba su trato. La solidaridad y el culto a la amistad. Su profunda convicción de estar transitando por el mejor de los caminos profesionales. Una vez escribió: “Ni siquiera el último día de su vida, un verdadero periodista puede considerar que llegó a la cumbre de la sabiduría y la destreza. Imagino a uno de estos auténticos reporteros en pleno tránsito de esta vida a la otra y lamentándose así para sus adentros: ‘Hoy he descubierto algo importante, pero… ¡lástima que ya no tenga tiempo para contarlo!’”

Un hombre comprometido y eficaz. Un periodista preocupado por definir el oficio: “El periodismo no nos permite vivir de ‘lo que fue’, de ‘lo que el viento se llevó’. Al contrario: nos obliga a vivir para lo que es. Un periodista no puede permitir que sus amigos le organicen, como a un pintor, exposiciones retrospectivas.

“Tampoco podemos arrullarnos, como las viejas actrices, en la nostalgia del álbum fotográfico o en el recuerdo de aquellas marquesinas que bordaban nuestro nombre con foquitos de colores. Ni andamos por ahí como los veteranos de una guerra ya olvidada, luciendo antiguas condecoraciones y un atuendo pasado de moda.

“Los periodistas, como el combatiente sin relevo, vivimos y morimos con el uniforme de campaña puesto y el fusil humeante entre las manos.
“Dicho de otro modo menos melodramático: los militantes del periodismo -por vocación y por destino- tenemos que ser, aquí y ahora; y para nosotros ser significa publicar, hacernos oír, ya sea desde una gran cadena de periódicos, o en una modestísima revista provinciana y hasta en una simple hoja volandera.

“Mi homenaje, pues, a tantos colegas que no alcanzan fama ni honores, pero que jamás han desertado del deber profesional un solo día”.
Hay hombres que forjan sus propias leyendas. En el periodismo de vez en cuando surgen figuras que rompen los moldes no como un reto, sino porque ello es parte misma de su naturaleza. Manuel Buendía fue de esa estirpe. Lo recordamos siempre.
Manuel Buendía fue asesinado seis meses después de publicado su libro La CIA en México. Mi ejemplar tiene una hermosa dedicatoria en la recia letra de su autor: “Para Miguel Ángel, cuyo afecto para mí se vuelve fortaleza de ánimo en la lucha cotidiana de un combatiente por México”.
Casi tres décadas después, don Manuel Buendía no descansa en paz. Su muerte clama justicia, pero su ejemplo nos sigue iluminando.
Profesor-investigador en el Departamento de Ciencias Sociales de la UPAEP – Puebla.1/6/2011


La acusación

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por Luis Javier Garrido

El gobierno de facto de Felipe Calderón ha comprometido seriamente en cuatro años y medio la seguridad nacional de México, y es esta la acusación principal que se le hace a él en los críticos momentos actuales, sin que en su irresponsabilidad se percate de ello, y es la acusación más grave que habrá de enfrentar al dejar el cargo y la que lo situará ante el juicio de la historia: haber hundido a los mexicanos en la mayor inseguridad de su historia.

1. En una entrevista acordada a Proceso (Núm. 1803), el constitucionalista Diego Valadés, de la UNAM, señalaba esta semana que a Calderón le aguarda un proceso penal para cuando abandone Los Pinos ya que el Tribunal Electoral lo ha responsabilizado de violar sin equívocos la Constitución en materia electoral en los últimos dos años, a lo que se debería agregar, añadía, su responsabilidad por los 40 mil muertos de su equivocada guerra contra las drogas, que ha producido efectos contrarios a los pregonados. Valadés se quedó sin embargo corto, muy corto, pues a Calderón le aguardan otras acusaciones penales de enorme gravedad. Las principales: la de haberse apoderado en 2006, mediante presuntas acciones delictivas, de la Presidencia de la República, sin haber ganado las elecciones; y sobre todo: la de haber comprometido, en estos años, por intereses personales y de grupo, la seguridad nacional de México.

2. La seguridad nacional de un país entraña algo muy distinto a lo que entienden los extremistas de derecha que se hallan en el poder en México, pues es universalmente aceptado que este concepto supone la responsabilidad del gobierno de crear mecanismos para salvaguardar: a) los derechos individuales de las personas (a la vida, a la integridad domiciliaria, a las libertades básicas), y b) los derechos sociales (al trabajo, la educación, la salud y la seguridad social, entre otros), así como, de la misma manera, c) los derechos de la nación a su integridad soberana y a sus riquezas estratégicas (en el subsuelo, el mar territorial, el espacio aéreo), y desde luego d) la integridad de las instituciones republicanas (los Poderes de la Unión, las fuerzas armadas, la administración pública).

3. La mayor parte de los países así lo entienden en el siglo XXI, salvo México, pues incluso Estados Unidos ha construido en tiempos recientes, con instrumentos seudojurídicos como la llamada Acta Patriótica de 2001, toda su doctrina en materia de seguridad nacional sustentada en su fuerza militar (haciendo caso omiso de que ésta es violatoria del derecho internacional), con el argumento de que todos los recursos del Estado han de ser utilizados para garantizar los derechos individuales y colectivos de los estadunidenses y defender los recursos estratégicos de su nación y sus instituciones básicas.

4. El gobierno de Calderón, por el contrario, luego de sus acuerdos inconfesables de 2006 con la administración Bush, asumió que para privilegiar, por sobre los derechos de los mexicanos y de la nacion, los intereses económicos y políticos de la mafia panista-yunquista, y con un criterio servil a la potencia que lo mantenía en el cargo, debería establecerse como principio rector de su desquiciada “guerra contra elnarco”, que de lo que se trataba era de hacer prevalecer los intereses estratégicosde Estados Unidos en el marco de la llamada Iniciativa Mérida, y no le importó atentar gravemente contra la seguridad individual y colectiva de los mexicanos, contra la de la nación y sus recursos estratégicos y contra la de las instituciones públicas, que se empeñó ferozmente en destruir con el argumento de que habían sido creadas durante los años del Estado benefactor priísta.

5. Los hechos de estos cuatro años y medio no dejan lugar a dudas. Al crear una parafernalia de fuerzas policiacas y militares impreparadas para su guerra privada, a las que se sumaron los grupos paramilitares oficiales, a Calderón y a los panistas no les importó la vida de los mexicanos, que fueron muriendo por cientos y luego por miles en lo que se justificó como fuego cruzado o daños colaterales, atribuyéndole siempre esas muertes, ocasionadas por fuerzas oficiales, al que se bautizó como el crimen organizado. El gobierno calderonista asumía, conforme a los manuales del Pentágono que seguía obsecuentemente, que de lo que se trataba era de generar un clima de miedo –y de terror– en el país, y especialmente entre los más pobres, para advertir a los movimientos sociales que serían criminalizados si alzaban la voz, como en efecto fue aconteciendo.

6. Las fuerzas de seguridad nacional no iban tampoco en este deplorable sexenio a velar por los derechos colectivos del pueblo, sino que por el contrario iban a garantizar su violación. Los derechos sociales de los mexicanos lejos de ser protegidos fueron violentados de continuo para hacer viable el modelo capitalista neoliberal, con el proyecto de hacer de México una gran maquila y, sobre todo, de entregar los recursos estratégicos del país a las trasnacionales aliadas al panismo, y así fueron pisoteados, con ayuda de las fuerzas de seguridad, los derechos de los maestros, de los mineros, de los electricistas, de los jóvenes y de los niños, y los del pueblo en general a la salud, a la educación, a la seguridad social, al trabajo.

7. Porque otro de los mayores despropósitos fue que el concepto panista deseguridad suponía la seguridad de los intereses de las trasnacionales y los del gobierno de Washington, y se estableció el principio aberrante de que las fuerzas mexicanas de seguridad nacional, subordinadas a las agencias estadunidenses, deberían velar en territorio mexicano por la seguridad alimenticia de Estados Unidos y no la de México, por la seguridad energética de Estados Unidos y no la de México.

8. La seguridad de las instituciones de la República fue también comprometida, como en el caso del Ejército y la Marina, que en vez de cumplir con su tarea constitucional de velar por la seguridad del país frente a las amenazas del exterior, fueron subordinados a las agencias policiales estadunidenses para servir a los intereses estratégicos de ese país, y dedicados a esta tarea. A nadie sorprendió por lo mismo que en los papeles del Departamento de Estado difundidos por Wikileaks a través deLa Jornada se publicara el miércoles 25 que Genaro García Luna (titular de Seguridad Nacional) ofreció a Estados Unidos en 2007 pleno acceso a todos los datos de inteligencia de México, en un acto de abierta traición a nuestro país. ¿O qué acaso en correspondencia Washington iba a dar a los funcionarios mexicanos pleno acceso a todos sus datos de inteligencia?

9. En medio del desastre al que Calderón y los panistas han llevado a México destaca la complicidad del PRI, coadyuvando con cinismo, al menos hasta los inicios de 2011, al proceso de desmantelamiento de la nación, del Estado y de los derechos de los mexicanos operado con el respaldo de las fuerzas mexicanas de seguridad. Resulta por ello patética la imagen del senador priísta Manlio Fabio Beltrones acudiendo en 2009, no a la PGR sino a la embajada estadunidense, para que le informe sobre el operativo de la Marina en el que se asesinó al presunto capo Arturo Beltrán Leyva (cable 09MÉXICO3624).


El FMI sirve a los ricos y poderosos,

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mientras europeos y yanquis se lo disputan

Pedro Echeverría V. ç

1. Es chistoso, muy risible, que el gobierno de México –que ha hecho el ridículo internacional por el desplome de su política y su economía- haya propuesto a Agustín Carstens candidato a la Presidencia del Fondo Monetario Internacional (FMI, 1945 Washington); pero indignante que lo haya hecho por órdenes del gobierno de los EEUU que lleva muchas décadas buscando quedarse con el mando de ese organismo que siempre ha sido controlado por los europeos (Bélgica, Suecia, Alemania, España y Francia) Los gobiernos mexicanos desde 1982, se sabe, han estado dispuestos a ponerse de cuatro patas y ladrar para servir a los EEUU. Pero en última instancia, ¿para qué sirve un presidente del FMI sino simplemente para intervenir en economías quebradas ofreciendo préstamos (con altos intereses) a cambio de imponer sus políticas a cada país en cuestión?

2. Dentro de esta lista de instituciones que manejan a países otorgándoles préstamos, imponiéndoles programas económicos de gobierno y haciendo “concesiones” para salir de sus problemas críticos, están –además del FMI- el Banco Mundial (BM, 1945, Washington), el Banco Interamericano de desarrollo (BID) y la Organización Mundial de Comercio (OMC), que hasta 1995 se conocía como el GATT. Todas esas instituciones bancarias internacionales funcionan en beneficio de los países industrializados que saquean a las naciones pobres; la realidad es que funcionan como los hace la banca comercial en cada país: otorgan préstamos, cobran intereses y hacen negocios con grandes empresarios y todas las gentes con poderes económicos haciendo a un lado a quienes no tienen poder ni propiedades.

3. Esas poderosas instituciones bancarias internacionales, en especial el FMI y el BM, fueron creadas al amparo de la ONU por las naciones que entonces se declararon ganadores de la II Guerra Mundial en 1943-45 con el fin de controlar a los demás países de cada zona de influencia. Dado que EEUU durante esa gran guerra no sufrió ni la rotura de un vidrio y que las naciones europeas quedaron semidestruidas, los EEUU se pusieron a ofrecer “préstamos restauradores” como el Plan Marshall con los que de manera inmediata logró amarrar a los deudores. Fue para demostrar ante el mundo qué país se convertía en el dominante y a quién se debía respetar, por lo que mandó estallar las bombas atómicas criminales de Hiroshima y Nagasaki, asesinando a millones de seres humanos entonces y a los largo de la historia.

4. El funesto gobierno mexicano de Calderón –odiado por el pueblo mexicano por los 50 mil muertos, por el gigantesco desempleo, por los salarios miserables que pagan los empresarios y por la enorme corrupción- después de recibir órdenes de los EEUU, ahora anuncia a los cuatro vientos, con el apoyo de todos los medios de información, que ha registrado la candidatura de Carstens a la presidencia del FMI. La realidad es que ese personaje cuando fue secretario de Hacienda (2006-09) llevó al país a profundas crisis; pero como premio Calderón le dio el cargo de gobernador del Banco de México. Siendo de Hacienda, Carstens se desempeñó también como Presidente del Comité de Desarrollo del FMI y del Banco Mundial de marzo de 2007 a octubre 2009. Este mismo año fue nombrado en el Banco de México para el periodo del 1 de enero de 2010 al 31 de diciembre del 2015.

5. Así propaga su bondad el FMI: Señala que en 2009 en la cumbre del Grupo de los 20, el FMI cuadriplicó su capacidad financiera a un billón de dólares. Que se le encargó supervisar si los países están estimulando suficientemente a sus economías y si están reformando sus sistemas regulatorios, además de alertar sobre problemas financieros.[ ] Se dijo que cerca de 500.000 millones de dólares serán destinados para rescatar a las economías en problemas[] y el organismo dispone de una línea de crédito que no les exige a los deudores llevar a cabo reformas económicas no populares[] , como la reducción del gasto fiscal, aunque sólo algunos países califican para ese tipo de crédito[] . Para los otros países, el fondo obligará (no hay de otra) a que se reduzcan los gastos fiscales o se eleven las tasas de interés aunque se tratará de proteger los programas para los más pobres.

6. ¡Qué bonito! Los países del G20 son muy justicieros y solidarios al refaccionar al FMI y ponerlo al servicio de los países en crisis. Pero lo que esconde el FMI –tal como sucedió en México en 1982, luego 1995- que cada país que entra en quiebra por el saqueo de su economía por banqueros, gobierno y capitales extranjeros, al solicitar préstamos e intervención del FMI debe comprometerse a cambiar su programa económico haciéndolo depender de los técnicos financieros del mismo FMI. Cuando López Portillo anunció en 1982 que no podía cumplir con el pago de la deuda, se desató la crisis de la deuda en el tercer mundo, y convirtió al Fondo en una agencia de manejo de deudas. Vinieron los rescates oficiales que luego se transformaron para el FMI en rescates masivos con la crisis Salinas-Zedillo del peso en 1994-95. La estrategia del FMI lo hizo superpoderoso.

7. Los defensores del FMI dicen que la operación 1995 fue un éxito; que el rescate ayudó a mantener a México en un camino orientado al libre mercado. Pero no mencionan el alto costo que la intervención del FMI tuvo para los mexicanos comunes y menosprecian el costo, en la forma de riesgo moral, que ocasionó a la economía mundial. ¿Es que acaso no son las políticas que impuso el FMI en su carta de intención de 1982 las que impusieron el pago puntual de los préstamos, prohibieron el gasto social en educación, salud y demás servicios, así como la profundización de la política privatizadora con la venta de las empresas estatales y paraestatales, así como la devolución de los bancos a los empresarios mexicanos que luego vendieron a banqueros extranjeros? Así que quien valla a la presidencia del FMI, el proyanqui Carstens o la financiera europea, nos debe valer un cacahuate.


Los profesores de Oaxaca y Michoacán luchan mientras la SEP destruye la educación

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Pedro Echeverría V.

1. Los funestos medios de información, Televisa, TV Azteca, Radio fórmula, de manera permanente han estado calumniando a los profesores de Oaxaca, ahora también a los de Michoacán, diciendo que por suspender clases millones de niños salen perjudicados. La TV, la Radio y la prensa están cumpliendo su papel como mercenarios al servicio de los poderosos empresarios capitalistas que de manera permanente esconden la realidad. Los criminales medios de información así han actuado a través de la historia: culpan siempre a los obreros, a los trabajadores que luchan, a los que se organizan y exigen derechos; por el contrario esos medios –con la misión de engañar y confundir- defienden a los dueños del capital y del poder. ¿Pero que sucede?

2. Los profesores de la CNTE son los maestros más valiosos del país porque son los más conscientes. Quizá sólo sean 300 mil pertenecientes a los estados de Oaxaca, Michoacán, Guerrero, Chiapas, Morelos, DF, Estado de México, Tlaxcala, Zacatecas, frente al 1 millón 100 mil totalmente dominados por los líderes charros o espurios del SNTE, sin embargo se distinguen unos a otros porque los primeros son críticos de lo que sucede en el país, luchan por acabar con las injusticias, se identifican con los padres de familia, luchan contra el autoritarismo en la escuela y por nuevos métodos de enseñanza. ¿Qué hacen los profesores apoyadores de los Charros? Obedecer lo que les impone la autoridad y cumplir dócilmente como si nada pasara.

3. Los paros y plantones de los profesores oaxaqueños y michoacanos son ejemplos que podrían extenderse en el país (en Guerrero, Chiapas, Morelos, Zacatecas y DF) y sería magnífico para frenar el terrible desplome de la educación pública mexicana por funestas políticas de gobierno y por la miseria de nuestro pueblo que se agudizó desde principios de los años ochenta. Basta con decir que después de 1982 la educación privada subió a 35 por ciento cuando antes era menos de 10 por ciento, en tanto que el presupuesto destinado a la educación pública se estancó y se redujo; a tal grado que los salarios de los trabajadores de educación, las matrículas de admisión, los edificios escolares, los muebles, están totalmente abandonados por las autoridades.

4. Los profesores de la CNTE jamás han luchado exclusivamente por sus intereses particulares o egoístas (salarios, prestaciones); en todas sus demandas de lucha figuran peticiones que benefician a los estudiantes (más desayunos escolares, cuadernos, libros, no pago de pruebas escolares e inscripciones combate al negocio de la alimentación chatarra); pero también los profesores luchan porque los padres tengan trabajo y que no los exploten por los empresarios. Esta es una característica básica de conciencia de los trabajadores de la CNTE que no agrada a los gobiernos, a los líderes venales y a los medios de información. ¿Cómo puede soportar la burguesía que profesores y estudiantes extiendan un pensamiento crítico contra la sociedad establecida?

5. La CNTE no ha podido romper el cerco establecido por el gobierno y los dirigentes espurios. Ha sufrido en su seno algunos desacuerdos y divisiones que se han provocado por diferente estrategia que ha llevado a agrandar las contradicciones. Estas divisiones han tratado de ser aprovechadas por el gobierno para agrandarlas más. Pero la bronca principal es que la líder caciquil Esther Gordillo ha usado una política de repartición de muchos miles de millones de pesos – que le da el gobierno y las cuotas sindicales- para comprar conciencias y líderes. Con sólo saber que la Gordillo en cada campaña política otorga comisiones a unos 10 mil profesores para realizar trabajo personalizado en beneficio del partido con el que haya negociado la cacique sindical.

6. Mientras el SNTE maneja muchos millones de pesos cada mes y entrega dinero a cada sección que controla, las secciones sindicales de los estados de la República que pertenecen a la CNTE no reciben las cuotas sindicales que les corresponde de acuerdo a estatuto o, simplemente, no reciben nada. Por ello los paros y plantones de los profesores de Oaxaca y Michoacán son absolutamente justos y los culpables del desplome educativo no son los profesores sino el gobierno que de manera irresponsable ha abandonado la educación pública y ha impulsado su privatización. Con esto hay que advertir a los dirigentes del CNTE que no deben hacer caso a las críticas del gobierno y de los medios de información. En educación no hay más culpables que nefasto gobierno.

7. Ante los paros de la 22 de Oaxaca y la 18 de Michoacán urge que los profesores y padres de familia de otros estados otorguen su apoyo activo; y el mejor apoyo es que Guerrero, Chiapas y otras secciones donde hayan también se vayan al paro y la toma de plazas. Es en estas batallas cuando deben desaparecer las divisiones, los malos entendidos y las confrontaciones personales. Es urgente el apoyo a Oaxaca y Michoacán, pero sobre todo coordinar las acciones para que este país esté enterado y coordinado. Se espera también que las organizaciones sociales, los movimientos y todos aquellos luchadores sociales colaboren en todo para dar fuerza a estos paros. Cuando estos son derrotados también nos derrotan a todos. ¡Viva la CNTE!


PARTIDOS POLITICOS… ¡CRISIS DE CREDIBILIDAD!.

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POR: MIGUEL ANGEL GONZALEZ MANCILLA.

San Luis Potosí, S.L.P., México como país muestra a la comunidad internacional toda una amalgama ideológica por la multiplicidad de organizaciones políticas que existen y que en poco tiempo se convierten en Partidos Políticos para subsistir a expensas del erario público, y vaya que bastante le cuesta al pueblo sostener un sistema político en donde los partidos son subsidiados para su desarrollo y sobrevivencia dentro del ambiento político mexicano.

Para cualquier dirigente de partido es muy atractivo representarlo ya que grande o pequeño recibe “dádivas” económicas del Gobierno y eso le permite auto asignarse un salario que en la mayoría de las veces es ostentoso y muy encima de las necesidades económicas que padece la población.

En algunas Entidades Federativas la creación de partidos políticos regionales ha hecho que se integre todo un feudo familiar a costa de los mismos y que de por vida ostenten ser propietarios de una patente que más que un organismo socio-político llega a convertirse en toda una empresa familiar, y es que los puestos de elección popular son distribuidos entre los miembros de la familia que ha constituido todo un clan en torno al partido y abusando de la poca cultura de la gente que como ciudadanos los apoyan llegan al abuso del poder político para su propia conveniencia personal.

Toda la “negra” historia que en torno a los partidos se ha ido formando en el país ha hecho que la sociedad vaya perdiendo la credibilidad en ellos, en la actualidad la mayor parte de los ciudadanos en jornada electoral emiten su sufragio no por un emblema partidista más bien por una persona que por su manera de ser, hablar y actuar los ha convencido y lo eligen para que los represente en alguna instancia del Sistema Político Mexicano.

El precepto constitucional de la Libre Asociación de Ideas es lo que ha llevado al país a que en poco tiempo el pueblo se haya envuelto en un enorme listado de Partidos Políticos que clasificados como de Izquierda, Centro o Derecha expresan a la ciudadanía sus Principios Doctrinarios, Estatutos, Programas de Acción y lo que es más mediante emblemas, símbolos y colores se identifican dentro de la sociedad ofertándose al electorado como la mejor opción para salvar a la nación del atraso en que la tiene sumergida el partido que gobierna al pueblo.

La voracidad y ambición personal de los dirigentes de cada partido los han llevado a padecer una total “crisis” de credibilidad social al grado en que muchas ocasiones el pueblo ridiculiza las acciones partidistas de sus representantes. Cuando el Partido llega a ser gobierno en cualquiera de sus tres niveles (Federal, Estatal o Municipal), se enfrenta a la prueba de “fuego” para sostenerse fiel a sus principios ideológicos en el aprecio y valoración de los electores, quienes como ciudadanos y ansiosos de una transformación material para su propio bienestar anhelan con el respaldo de sus representantes, quienes convertidos en autoridades los habrán de gobernar, un mejor status de vida social. A no lograrse las perspectivas de desarrollo social de manos de quienes con el voto mayoritario llegan a ser gobierno en próximas elecciones sencillamente reciben un voto de castigo y es así como el pueblo se cobra las ofensas, las acciones corruptas de su gobierno, el tráfico de influencias, el abuso de poder, el nepotismo de las autoridades, la soberbia del gobernante y lo que es más el desvío de fondos públicos para uso personal y destinados al ejercicio social para la edificación de obras en bien de la población y los eliminan del mapa político.

Los Partidos Políticos en el país han perdido el reconocimiento de la sociedad en general y es que sus grupos internos, las pugnas que se generan entre ellos, su gasto desmedido que hacen de las partidas económicas que reciben, la falta de verdaderos cuadros de militantes innovadores que impulsen su transformación, su entreguismo al gobernante en turno, el enriquecimiento inexplicable de sus dirigentes, las pre vendas económicas que se auto designan y la concentración representativa en sólo unos cuantos son algunos aspectos que han llevado al ciudadano a mostrar una total indiferencia a ser miembro activo de un partido político y si se le agrega el hecho de que a los militantes solo los llaman en tiempo de elecciones… estas son algunas consideraciones que el ciudadano toma en cuenta para distanciarse socialmente hablando de este tipo de instituciones de carácter político.

Un partido político poco hace por sus agremiados y es más si llega a convertir se en gobierno tendrá que hacer a un lado toda su membresía ya que su arribo al poder lo conduce a gobernar para todos sin distinción de colores partidistas, y es aquí en donde se inicia el verdadero desconsuelo de los electores hacia sus autoridades su incumplimiento a promesas de campaña es sólo el comienzo del distanciamiento social que se genera entre partido y sociedad. Y es que el gobernante si llega mediante una candidatura representada por un color partidista hace a un lado precisamente sus principios de partido y trata de ejercer un gobierno arropado en su “ego” y guiado por sus intereses personales lo conducen al total alejamiento de las verdaderas causas populares que fueron las que lo impulsaron para postularse como candidato.

En la actualidad México adolece de verdaderos partidos políticos que abanderen las causas populares y las necesidades sociales que tanto atraso han ocasionado en el país, sus representantes convertidos en Diputados y Senadores sencillamente se venden al mejor “sueldo”, y vaya que es bastante elevado, y aprueban leyes que en la mayoría de las veces jamás llegan a aplicarse en virtud de que la impunidad y la injusticia son características del Sistema Político Mexicano.

Existen en el país partidos políticos que bien pudieran fusionarse con otros y de esta manera se ahorraría un buen fondo público que se destinaría para combatir la pobreza y resolver las necesidades materiales de pueblos que viven en el atraso socio-económico. Pero indudablemente que a quienes les corresponde dictar las medidas por medio de las leyes correspondientes para esta reorganización partidista no les conviene ya que al desaparecerlos se estarían “descobijando” ellos mismos y a la vez impulsarían la pérdida de un ingreso económico que convertido en signo de poder se perjudican si lo desaparecen.

El tan trillado discurso demagógico de los políticos, la total incongruencia accionaria de los dirigentes partidistas, la doble moral de las autoridades emanadas de partidos, y porque no señalarlo el enriquecimiento inexplicable de algunos dirigentes o representantes populares son algunas de las causas que han orillado al pueblo a dejar de creer en los Partidos Políticos…Si a esto le agrega usted amable lector la total pérdida ideológica de sus dirigentes ya que con tal de mantenerse en el poder y derrotar al adversario político se venden al mejor postor bajo facturas de cheques en blanco llamadas: - Alianzas de partidos. Mientras no se modifiquen las leyes electorales existentes hasta en esto México será un país “subdesarrollado” y es que si PRI – PAN y PRD son el timón de la lucha partidista en el país…Los demás qué caso tiene que existan.


LA ESTRATEGIA DEL PODER

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Alberto Híjar Serrano
Ante las dos cámaras del Parlamento Británico, Obama despreció el ascenso de Brasil, Rusia, India y China al que opuso el de Estados Unidos como defensor del poder de occidente en su combate al terrorismo. Habló en nombre de la mitad del mundo. Su viaje de Inglaterra a Polonia resulta por tanto, un símbolo de reconocimiento del lugar donde empezó el fin del socialismo europeo con la importante contribución del papa polaco Karol Wojtila. Reiteró la necesidad de un escudo contra misiles y nada dijo de la injustificada e ilegal permanencia de la OTAN que ya no tiene como contrincante al extinto Pacto de Varsovia.
La propuesta militarista es clara y reiterada en la negativa de disculparse ante el gobierno de Pakistán por la invasión para ejecutar sin juicio y desaparecer los cadáveres de Osama Bin Laden y su familia. La historia se repite: invasiones y matanzas masivas van desde los accidentes organizados por la CIA para matar en el aire a Samora Machel de Mozambique y Omar Torrijos de Panamá, para masacrar a las pobres gentes de El Chorrillo en Panamá al experimentar unas bombas calóricas que dejan en pie los edificios, todo para capturar al presidente Manuel Noriega y seguir con la misma línea terrorista con la invasión de Grenada, el bombardeo a La Moneda en Chile donde cayó Salvador Allende y ahora se descubre el envenenamiento de Pablo Neruda para impedir su exilio en México.
Cárceles clandestinas esconden los socios estatales de estas infamias y Guantánamo, en pleno centro de Cuba para acentuar el poder invasor, permanece como cárcel ilegal pese a la promesa de Obama de desmantelarla cuando el mundo se enteró de las torturas en Abu Graib. He aquí la manera de usar el terrorismo de Estado como argumento principal de poder. Noam Chomsky ha preguntado qué pasaría si un comando árabe llegara hasta la casa de los Bush, indudablemente más criminales que Bin Laden, para masacrar y tirar luego los cadáveres al mar o al Mississippi.
Esta estrategia es de largo plazo porque la crisis de muerte del país con las mayores deudas de Estado del mundo, tiene que ser gobernado ante senadores implacables en la extinción de las prestaciones para los pobres cada día más numerosos y los migrantes necesarios para la producción agrícola a la que son forzados a incorporarse sin derecho alguno. El narcotráfico y los delitos financieros son un mal necesario y bajo control cada día más difícil. Esta situación histórica es irreversible, arrastra al mundo entero y reduce al Estado mexicano a subordinado estratégico con el mismo argumento militarista de falso combate al narcotráfico en el fondo tolerado por las enormes ganancias para los operadores, los lavadores de dinero, los traficantes de armas y contrabando y los funcionarios que facilitan las coberturas necesarias. Queda claro que la guerra es un gran negocio de sátrapas, un gran pretexto para unificar al mundo en la protección al Estado yanqui y una gran justificación épica de la contrainsurgencia cualquiera que esta sea.
El Estado mexicano (digo, es un decir) ocupa un lugar estratégico en este despotismo militarista. Desde su primer discurso luego de su accidentado juramento entre empujones y gritos de diputados y senadores, Calderón se presentó como un predestinado para acabar con el narcotráfico. El tono mesiánico lo repite, cada que puede procura dejar en claro que no le importan las protestas. El insulto supremo a la multitudinaria Caravana por la Paz con Justicia y Dignidad en Ciudad Juárez fue su manera de responder a la solicitud de dialogo público con un desfile militar y un discurso intolerante y agresivo. Culmina así una estrategia que había sido propuesta por Díaz Ordaz en 1968, Luis Echeverría en 1971 y por Ernesto Zedillo como orador en el foro de plutócratas de Davos cuando recomendó a los presidentes no hacer caso a las propuestas populares para mantenerse firmes con la convicción de que hacen lo correcto al promover y facilitar la libre expansión de los consorcios.
Zedillo es la prueba viva de éxito porque al dejar la presidencia a la barbarie de Fox, recibió como premio el nombramiento de consejero de los consorcios transnacionales a los que benefició y fue nombrado director de la Escuela de negocios de Harvard. Otros reconocimientos y condecoraciones reciben Calderón y su Secretario de Seguridad Pública sin considerar para nada a los diputados y senadores cada día menos representativos de la digna rabia ciudadana. Poco importa a los sátrapas seguros de su misión histórica que tiene en el terrorismo de Estado su argumento principal. Genaro García Luna ha previsto un plazo de 8 a 15 años para dar fin a la guerra.

Los ingenieros financieros del Estado, el FMI, el BM, la OCDE, procuran acuerdos y contratos con duración de 30 a 50 años. Una estrategia de combate, contención y disuasión de los perjudicados de siempre está en marcha y seguirá con Obama y sin Obama, con Calderón y el que siga, con Gabino Cue, el gobernador resultante de las alianzas del PRD quien no duda en reprimir las movilizaciones magisteriales y en promover las desapariciones forzadas selectivas. Cue ha puesto la primera piedra de una escuela de policía con fondos de la Iniciativa Mérida y con instructores yanquis. El terrorismo de Estado crece y se fortalece.

30 mayo 2011


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