subscribe: Posts | Comments

Otro voto inútil ¿y ahora qué?

0 comments

KGOSNI 106:

En medio de gran desconfianza al proceso electo-ral, los resultados preliminares siguieron la ten-dencia de las encuestas, otorgando el triunfo a Enrique Peña Nieto en las elecciones por la presiden-cia de la república.

Una vez más se frustró el supuesto cambio que es-peraban millones de mexicanos, quienes avalaron con su participación un triunfo más de esta falsa democra-cia. Triunfó el sistema que los tiene cautivos. Una vez más el voto útil resultó tan inútil como el que llevó a Vicente Fox a la presidencia hace doce años; inútil como el que se opuso a Salinas, a Zedillo, a Calderón, al tiempo que este sistema de derecha se consolidó con la amplia participación ciudadana.

El IFE y todos los ligados a este sistema promovie-ron insistentemente el voto, no importaba por quien, era necesario salvar el sistema comodino que promete cambios color de rosa sin esfuerzo… y a eso le llama-ban “democracia”, “responsabilidad ciudadana”. Auna-do a esto surgió el #132 y la clase política se puso fe-liz, era una “bocanada de aire fresco” que permitía res-pirar a este putrefacto sistema, le daba vida, pues na-die cuestionaba su juego perverso, todos distraídos en contra de un jugador y de las porras de Televisa.

A nadie le extrañó que con tanto ahínco el poder in-vite a votar a su contrario: al pueblo que lo desprecia. Así que millones de jóvenes iniciaron su vida política votando; no entendían a los viejos ya curtidos que no creen en este sistema político –a veces uno necesita vivir su propia experiencia–; pero ahora, toda esta ge-neración de jóvenes seguramente no se quedará de brazos cruzados. Ellos serán el relevo de aquellos lu-chadores sociales que tantos años han remado contra el orden establecido.

Como nunca, quedó manifiesto un sistema donde la ciudadanía no cuenta, donde el ciudadano es manipu-lado desde los medios de comunicación sobre lo que debe opinar. Su conciencia histórica del pasado y del presente no cuentan, sólo cuenta lo que hagan o dejen de hacer los candidatos: cualquier tartamudeo, cual-quier aplauso es magnificado en los medios para justi-ficar el supuesto movimiento en las preferencias elec-torales. El ciudadano es un simple espectador cuyo voto será usado al final para justificar lo que se decide desde arriba.
Así las cosas, si la clase política no deja que un candidato de derecha como Andrés Manuel López Obrador llegue al poder por la vía institucional, ¿qué pueden esperar las verdaderas izquierdas que real-mente buscan acabar con el neoliberalismo?

No son esas formas la salida. Uno de los principales aspectos que deberá eliminar una nueva forma de hacer política es la competencia, madre de todo vicio electoral. Y un motor de la competencia es la envidia, producto del privilegio. ¿Podemos construir un sistema social donde la gente no se vea impulsada a competir? ¿Cómo? ¿Por dónde empezamos? Desde luego tendrá que hacerse sin la participación de las instituciones.

Leave a Reply