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La OPC-Cleta Frente a la Imposición de Peña Nieto

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Durante los últimos días México se ha cimbrado por la indignación, frustración, desesperanza e incluso resignación, generada por la imposición presidencial de Enrique Peña Nieto. Pareciera que la historia de hace 6 años se repite, con la imposición de un nuevo presidente aliado de los grupos de poder político y económico de México.

Sin embargo, las condiciones sociales son muy diferentes a las de hace 6 años. Y es que en este tiempo, los diversos actores han trabajado en sus trincheras, algunos vinculados al movimiento obradorista con la generación de una estructura social de base como lo es el MORENA, otros manteniendo o creando formas de organización de poderes populares en múltiples frentes de lucha social. A esto hay que agregarle el surgimiento coyuntural de un movimiento -que a decir de los periodistas “críticos” de nuestro país: “no se encontraba en el guión”-, un movimiento desatado en el sector estudiantil, principalmente de la zona metropolitana, que al paso de los días derrumbó las paredes entre las instituciones universitarias públicas y privadas, así como las distancias geográficas del resto de la universidades de México, y que logró impactar contundentemente en la opinión pública sobre el contubernio perverso entre la oligarquía príista y su títere (Peña Nieto) y el poder mediático encabezado por Televisa, la principal Televisora de habla hispana del mundo.

Pero la farsa electoral que hoy busca imponer en la presidencia a Peña Nieto, debemos comprenderlo también como una estrategia que ha durado por lo menos 5 años, y que no se reduce a la venta masiva del producto publicitario llamado Enrique Peña Nieto, sino sobre todo al fortalecimiento de los grupos de choque electoral, de estrategias de compra y manipulación del voto en el nivel comunitario y municipal, y la activación de la amplia estructura nacional del PRI (financiada con recursos públicos y del narcotráfico). Fue la emergencia del movimiento #yosoy132 y la fuerza que Obrador fue acumulando con los millones de antipriistas apartidistas, los que provocaron que en las últimas semanas el PRI recurriera desesperada y masivamente a la compra y coacción del voto, manipulación de urnas, compra de encuestas, etc. destinando así, cientos de millones de pesos, para monederos electrónicos, despensas, etc, y rebasando por mucho los topes de gastos de campaña.

Luego del día electoral, lo que se vive, es la continuidad poselectoral de esta estrategia de imposición y validación institucional y mediática, organizada ahora mediante alianzas entre el priísmo “triunfante” y el derrotado PAN, con grupos traidores del PRD, así como con fuerzas del crimen organizado, y poderes transnacionales (como el del gobierno estadounidense que ha alzado ya la mano del títere, sin esperar el decreto legal). Con estas alianzas se busca imponer la idea de un triunfo “irreversible” y dejar inerme en materia legal e institucional a estos ojos críticos que representan el movimiento estudiantil y las acciones organizativas del Morena o de los grupos aliados de Obrador.

En los próximos días y meses, el aparato institucional y legal se arrodillará al nuevo trono príista para obstaculizar o mediatizar los procesos de impugnación vía IFE (sobre todo para el recuento total y la investigación financiera del fraude) pero también para validar las elecciones por parte del TEPJF. El PRIAN y algunos traidores internos del PRD se sumarán a dicha estrategia. Para generar esta farsa institucional y legal, se han fortalecido las campañas de criminalización del actores inconformes, las calumnias y un cerco mediático de las movilizaciones que aíslen su impacto del alcance nacional.

Como en otras etapas intersexenales, la represión sistemática o focalizada tendrá un intervalo de impunidad (todos podrán echarse la bolita) de tal modo que muchos movimientos se verán expuestos a este tipo de golpes para desarticular todo intento por organizar el descontento social.

Como podemos ver Andrés Manuel López Obrador, más allá de la prudencia o táctica mediática que decida tomar, se acerca otra vez a una encrucijada histórica, en torno al papel de liderazgo que decida asumir, frente al Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) y a los millones de simpatizantes que se le unieron apartidistamente. Y es que mucha de esta fuerza social que se unió electoralmente contra el PRI, y que se ha gestado en las bases de la sociedad mexicana, está dispuesto a convertir la lucha electoral en una lucha social legítima, que evolucione hacia una estructura política que trascienda los corruptos márgenes de la partidocracia. La posibilidad de convertirse en un líder social, y no sólo electoral, de una gran fuerza social nacional antipríista está en sus manos.

Sin embargo, por experiencia histórica, en la OPC-Cleta creemos que debemos voltear hacia nuestras propias decisiones, hacia nuestra propia responsabilidad. Es decir, esta coyuntura nacional y ésta exigencia organizativa transelectoral, no puede depender de las decisiones que Obrador y su equipo tomen. Es necesario que las decenas de millones de mexicanos que se encuentran indignados, hartos y cuyas voluntades de participación política han despertado, se organicen y mantengan viva esta efervescencia participativa. Las organizaciones y movimientos sociales debemos estar listos para convertir este coraje en un Poder Popular organizado y resistente en el corto y en el largo plazo. Si, muchas organizaciones hemos trabajado más allá de todo proceso electoral, sin embargo es el momento de mostrar que sabemos, podemos y queremos contribuir en la organización de esta enorme inconformidad estructural que existe.

Si ellos le apuestan al desgaste de las marchas y las tomas, nosotros organicemos la resistencia política en alianzas estudiantiles, políticas, económicas y culturales. Si ellos le apuestan a la difamación y a las campañas de linchamiento, nosotros fortalezcamos los argumentos, las propuestas claras y sobre todo nuestros medios libres. Si ellos le apuestan a las cúpulas y los líderes corrompibles o derrotistas, nosotros construyamos una fuerza político-cultural estructurada, que trascienda y revoque toda traición. Si ellos le apuestan a la represión impune, preparemos una red de autodefensa civil por todos los medios legítimos.

Organización Político Cultural Cleta
Las Aves del más dulce canto defienden la libertad, también con garras
3 de julio 2012

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